Programa Nacional de Formación en Estudios Avanzados
Doctorado Artes y culturas del sur (COHORTE 2021 I)
Unidad Curricular: Epistemes descolonizadoras
Docente: Oscar Rodríguez
Henys Peña (23/04/2021)
Afirma Rafael Correa en su discurso como Presidente
de Ecuador, en la Cumbre Social de Cochabamba en diciembre de 2006 "Estamos
viviendo no en una época de cambios sino en un cambio de época", mucho ha
pasado de allá aquí, en particular en Ecuador, podríamos hablar de regresión en
aquel y otros países, de retornos, como en Bolivia, sin que nada de ello
revierta la carga histórica de la frase acuñada por “Machi” (en Quichua
“compañero”), nombre con el que se le conoce en Ecuador, y que usamos de título.
En el texto “Epistemologías del Sur” Boaventura
de Sousa Santos (1), luego de sus palabras introductorias, entra al tema
exactamente a partir del “Proyecto Ishpingo-Tambococha-Tiputini” (1), presentado
por primera vez en 2007 y que implicaría la emisión de certificados por parte
de Ecuador por dos billones de Euros, con el doble compromiso de no extraer
unos 850 millones de barriles de petróleo que se encuentran en esos posos, unos
créditos que los países “donantes” recuperarían “y con intereses, en el caso de
que Ecuador explotara el petróleo” (1).
Es la primera propuesta, que a contrapelo de
la lógica del Pacto de Kioto, no apuesta a la reducción de emisiones mediante
la llamada “Captura” o secuestro de CO2, sino a evitar la emisión a la atmósfera
de unos 410 millones de toneladas de CO2, aunque no sirva para salvar a los ya
desaparecidos pueblos Tetetes y Sansahauris, pone si en discusión y en la
agenda mundial por primera vez, a la naturaleza como “sujeto de derecho”, no ya
a las mujeres, a los indios, a los negros, a los animales, sino a la naturaleza
toda, en su conjunto, con la suma de sus relaciones.
Afirma de Sousa Santos “Lo que está en causa
es la primera gran ruptura con el modelo económico desarrollista-extractivista
que desde el periodo colonial ha dominado el hemisferio”, pero preferimos
desagregar y caracterizar para establecer la tensión dinámica (dialéctica) de la
categoría globalización contra-hegemónica, por cuanto el modelo desarrollista es
insostenible, tanto o más como el extractivismo es empobrecedor y depredador
del ambiente, modelo implantado por el colonialismo europeo / norteamericano.
El “Proyecto Ishpingo-Tambococha-Tiputini”
(ITT) finalmente no vio la luz, pero dejó asentados importantes precedentes,
así como alertas y previsiones, caro pagaron su atrevimiento los compañeros en
Ecuador, la condena a prisión para Jorge Glass es solo una pequeña muestra del
precio.
Colonialismo
Es menester entonces para desmontar todo el
aparato ideológico colonial, recurrir a las ideas no coloniales ¿Dónde
buscarlas? ¿Dónde encontrarlas?, evidentemente donde aquella no está, que no es
otro lugar que en nuestras relaciones comunitarias precoloniales, afirma de
Sousa Santos “En el caso particular de América Latina, reclamar un pasado
pre-colonial es una propuesta revolucionaria para los conservadores y es por
esto totalmente rechazada por ellos”.
Pero es que además, podría pretender decirse
que eso implica un imposible, un viaje en el tiempo irrealizable, pero ya a eso
le dio respuesta Engels en “El origen de la familia, la propiedad privada y el
Estado”, a la luz de las investigaciones de Lewis H. Morgan documentadas en “La
sociedad primitiva”, cediendo a la tentación de caraterizar a esta realidad
nuestra americana como “residual”, pero aun así no es necesario ningún viaje,
pues a contra pelo de lo que pretendieron hacernos creer, en América habitan
los pueblos; Quechua, Nahua, Aymara, Maya Yucateco y Ki’che con varios millones de habitantes, así como
los pueblos; Mapuche, Maya q’eqchí, Kaqchikel, Mam, Mixteco y Otomí con más de
medio millón, esto por solo mencionar los de mayor población, entre los más de
522 pueblos indígenas.
Necesidad
de la globalización contra-hegemónica
Describe de Sousa Santos, lo que denomina “El
fin del capitalismo sin fin” (1), analizando la fractura en la izquierda a
partir de la afirmación “La primera dificultad de la imaginación política puede
formularse así: es tan difícil imaginar el fin del capitalismo cuanto es
difícil imaginar que el capitalismo no tenga fin” (1), fractura que da pie a
una primera vertiente la de “La socialdemocracia, el keynesianismo, el Estado
de Bienestar y el Estado Desarrollista de los años 60 del siglo pasado son las
principales formas políticas de este modus vivendi” (1), producto de que “La
primera vertiente se ha dejado bloquear por la primera dificultad (la de
imaginar el fin del capitalismo)” (1), al ser incapaz de imaginarlo, opta por
esforzarse en regularlo, regularizarlo, adecentarlo.
La segunda vertiente “de la tradición crítica
no se deja bloquear por la primera dificultad y, en consecuencia, vive
intensamente la segunda dificultad (la de imaginar cómo será el fin del
capitalismo)” (1), imaginar cómo será el socialismo, agrupa a esta en torno al
llamado Socialismo del siglo XXI.
Pero ambas vertientes en su opinión comparten
tres elementos comunes, a los que llama complicidades. Primero “las dos son
realidades políticas a partir de movilizaciones populares muy fuertes” (1).
Segundo, ambas “amplían el mandato democrático en la misma medida en que
amplían la distancia entre las experiencias comunes de las clases populares y
sus expectativas en cuanto al futuro” (1). Tercero, ambas “usan un espacio de
maniobra que el capitalismo global ha creado sin poder interferir
significativamente en la configuración o permanencia de ese espacio” (1) pero
para la segunda vertiente esta incapacidad resulta adicionalmente de “la
inexistencia de un movimiento fuerte de globalización contra-hegemónica o de
una nueva Internacional” (1).
Refrán
popular “No seas indio/a”
El propio de Sousa Santos detalla “Estamos
así ante las cinco formas sociales principales de no existencia producidas o legitimadas
por la razón eurocéntrica dominante: lo ignorante, lo residual, lo inferior, lo
local o particular y lo improductivo” (1) si bien se dedica en extenso a
explicar estas cinco “ausencias”, este refrán popular sintetiza en solo tres
palabras la absoluta negación, el no ser, el no existir, el no valer, el no
merecer, en resumen insta no solo a la vergüenza étnica, sino a que se niegue a
sí mismo, a sí misma, sin distingo de edad, género, “estatus” social, o
condición económica.
Se ajusta entonces con exactitud a la
sociología de las ausencias formuladas por De Sousa Santos, y pone en relieve
la pertinencia de la epistemología del sur, con sus dos premisas “la
comprensión del mundo es mucho más amplia que la comprensión occidental del
mundo” (1) y consecuentemente “la transformación progresista del mundo puede
ocurrir por caminos no previstos por el pensamiento occidental” (1) y la “diversidad
del mundo es infinita, una diversidad que incluye modos muy distintos de ser,
pensar y sentir” (1), esta diversidad incluye maneras de ”concebir el tiempo,
la relación entre seres humanos y entre humanos y no humanos” (1), al tiempo
que ofrece multitud de maneras de “organizar colectivamente la vida, la
producción de bienes y servicios y el ocio” (1).
Adivinanza
“Dos líneas le parten en cuatro, pero siempre en dos mitades, una imaginaria
reúne a su rededor la hora, la otra no imaginaria pues agrupa desigualdades
tiene un nombre de tres letras ¿Cuál será?”.
El sur, nuestro sur, que es una realidad
geográfico, pero no una igualdad temporoespacial, sino suma de desigualdades,
más que por las injusticias contenidas, padecidas, por encarnar a contra pelo
de la pretendida universalidad de occidente, la más extensa “pluriversidad”,
muchos mundos, no por nuevos, sino por ser capaz de contener una extensa
diversidad.
Podemos cerrar reflexionando la idea “La
hermenéutica diatópica parte de la idea de que todas las culturas son
incompletas y, por tanto, pueden ser enriquecidas por el diálogo y por la
confrontación con otras culturas” (1) dentro de la epistemología del sur
propuesta por de Sousa Santos.
(1) De
Santos Boeventura, Epistemologías del Sur, fuente https://bit.ly/3t1j2Ym, consultado el
23/04/2021.
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