Henys
Peña (10/10/2019)
En la sociedad venezolana,
como en el conjunto de las que surgieron producto de la “colonización” por
parte de los reinos de Castilla y Aragón y de las “Bolsas de Resistencia” de
las comunidades indígenas y los esclavizados trasladados en masa desde el
centro del continente africano, lo que denominamos “norma social venezolana” no
es más que la del colonialismo, o ahora la colonialidad, por otras vías,
distintas a la dominación por la fuerza, directa y violenta.
Los signos distintivos de la
“norma social” venezolana, son afines en general a la de Europa, con una gran
ración de moral judeocristiana, y la hipocresía propia del modelo económico
capitalista, que llama a la opinión publicada “opinión pública”, a la
explotación libertad y al consumo felicidad.
Así, los valores
fundamentales de; amor, respeto, libertad, justicia, tolerancia, equidad, paz
honestidad, responsabilidad, lealtad, son algunos de los que desde Europa se insiste en resaltar.
Sobre el poder en general, y
el de ser en lo más concreto, se desarrolla un intenso debate, según el cual
este puede ser interpretado como un “conjunto de formas de constreñir la acción
del ser humano, pero también como lo que permite que la acción sea posible”
este debate tiende a colocar al margen la realidad del papel de las clases
sociales y la comunidad, a los sectores o subgrupos y la sociedad.
La “norma social” se
encuentra entre la “norma individual” y la “norma jurídica”, así que cualquier
“percepción” de deterioro obedecerá a las tensiones y el tipo de relación entre
estas tres, podría decirse por ejemplo que las “normas de convivencia” han sido
de las más afectadas en Venezuela, pero este “deterioro” es necesario verlo a
la luz del debilitamiento de las normas jurídicas y la aplicación de la “norma
penal” y la acción coercitiva del estado, o podría también afirmarse que
entramos en un ciclo de transición del estado “policial” al de
“correponsabilidad”.
En todo caso a la lectura de
la “sociedad” anteponemos la de la “comunidad”, o “comunidades”, su ética, sus
valores y su poder ser.
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