Por; Henys Peña (10/05/2017).
El 27 de enero del año en curso, la Federación de
Trabajadoras y Trabajadores Universitarios de Venezuela (FTUV) introdujo el
Proyecto de III Convención Colectiva Única de Trabajadores y Trabajadoras del
Sector Universitario, ante el Ministerio del Poder Popular para el Proceso
Social del Trabajo, al tiempo que el Presidente Nicolás Maduro en el marco de
la movilización con motivo del Día Internacional del Trabajador, el pasado 1 de
mayo, anunció la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, temas que
parecieran responder a asuntos no relacionados, pero que evidentemente guardan
estrecha relación.
De la III Convención, y sus 65 cláusulas, nos sorprende
inicialmente su “CLÁUSULA 3. CONSTRUCCIÓN DE LA CULTURA SOCIALISTA”, de la que
resaltamos “En el marco de la refundación
de la patria, para construir al hombre nuevo, se conviene la participación
activa de las y los trabajadores universitarios en cimentar un diálogo nacional que permita sentar las
bases del accionar ético, moral y de valores en las instituciones de educación universitaria
que direccionen la triada Universidad-Estado-Sociedad en la construcción de una
cultura socialista bolivariana”,
pero lamentablemente una tarea tan compleja, y al mismo tiempo tan necesaria se
torna “economicista” con “En ese sentido, el Ministerio del Poder Popular para
la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología se compromete en instalar un
centro de investigación cuyo objetivo sea promover la cultura socialista en las
instituciones de educación universitaria, en coordinación con los trabajadores universitarios”.
Cuando lo que es necesario desde lo interno, pero de cara al
territorio (local, regional, nacional e internacional), es librar un debate, no
solo para poner en evidencia las elitistas concepciones y prácticas de las
autoridades de las universidades autónomas, sino para desarrollar una profunda,
crítica y propositiva discusión y acción sobre la pertinencia del currículo, la
práctica educativa y la investigación en nuestras novísimas Universidades
Territoriales, que con demasiada prontitud parecen “acomodarse” al estado de
cosas, alejándose progresivamente de la “transformación” universitaria, por
omisión, por acción o por comodidad.
La Asamblea Nacional Constituyente, por otra parte, ha de
ser la expresión de la totalidad de las diversidades que conforman nuestra
sociedad, y la concepción de la democracia ejercida mediante representantes
electos a partir del territorio, puede y debe ser perfeccionada, profundizada y
sincerada con la elección de vocerías de las distintas comunidades, sin que
esto para nada entre en conflicto con el voto universal, secreto y directo.
En nuestra opinión, si bien la palabra usada por el
Presidente Maduro fue sectores, “comunidad” se ajusta con mayor precisión¸ los
“voceros” “comunitarios” pueden ser un gran paso adelante en el sentido de la
democracia popular y revolucionaria, en la que el “pueblo” no es una entelequia
amorfa, sino la expresión de sus comunidades organizadas, de los intereses
políticos y económicos de estas. La educación, la universidad, no escapa a esta
realidad, por el contrario está inmersa en ella y les corresponde aportar desde
el compromiso, así como los actores revolucionarios en el seno de esta
comunidad universitaria, estamos llamados a construir, presentar y promover propuestas
que superen por mucho la Cláusula 3, salvando, o mas bien acortando la
distancia entre Convención Colectiva y Constituyente universitaria.
COPYLEFT / TODOS LOS ERRORES RESERVADOS
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